Caracas, 20 de febrero
de 2015
El Conejo Blanco y el
Chivo Negro.
Les voy a contar un chiste que
decían en la cuarta y que causaba mucha risa, pero que ahora en la quinta a
nadie le hace gracia.
Hubo una vez un campeonato
internacional de policías políticas en el cual el premio se conquistaba siguiéndole
la pista a un conejo blanco hasta encontrarlo. En el turno del F.B.I. tardó
quince minutos en encontrarlo, el Mosad tardó doce minutos, la KGB tardo veinte
minutos y así siguieron los demás y el que menos tardó duró 7 minutos. Entonces
le tocó el turno a la DISIP y se presentó en un minuto y medio, el público y
los jueces inclusive, sorprendidos, aplaudieron de pie, pues era un record
mundial, pero había un detalle el conejo estaba en un saco y no se veía, el
juez conmina al funcionario de la DISIP a que muestre el conejo, el funcionario
lo saca de la bolsa y oh! Sorpresa, no es un conejo blanco, sino un chivo
negro, evidentemente torturado y amordazado. El juez al ver esto le dice a los
disps: -¿qué burla es esta? a lo que el esbirro sin inmutarse replica –Un momento
sabremos la verdad, le quita la mordaza al chivo y este empieza a gritar
desesperado – si, si soy un conejo blanco.
No sé por qué me recuerdo de este
chiste cada vez que el régimen edita una nueva versión de la telenovela de
ciencia ficción “Me quieren tumbar y matar”. Dirá el régimen si a Fidel le
funcionó durante cincuenta años, a mí también, el problema para el régimen es que
nosotros no somos cubanos.
Que malo es ser un mentecato,
peor es un mentecato mandando, pero lo
insufrible es un mentecato que cree que todo el mundo es más mentecato que él.
Dios nos libre de los mentecatos
y de sus mentiras infantiloides.
Tiago Da Costa