martes, 11 de agosto de 2015

Caracas, 11 de agosto de 2015
 

CONTROL

Como todos sabemos, pues lo estamos viviendo en carne propia, el socialismo o comunismo o chavismo o como lo quieran llamar, la revolución pues, es una secta fundamentalista, anti natural, intrínsecamente perversa cuyos fanáticos son los mayores generadores de pobreza e injusticias de la historia de la humanidad, que quieren controlar a las sociedades donde toman el poder y desnaturalizarlas  quitándole su individualidad, su identidad, su gentilicio y transformarlas en una masa (pueblo como ellos dicen) sin valores, ni aspiraciones, ni esperanzas, únicamente al servicio de su proyecto macabro.
Para acceder al poder se disfrazan de defensores del pueblo, de gente preocupada con la comunidad, denunciando injusticias, verdaderas o no, eso es lo de menos, con el único intuito de promocionarse prometiendo mejorar todo cuando lleguen al poder. Con una edulcorada demagogia diciendo disparates como por ejemplo, que les quitarán a los ricos para dar a los pobres (lo que no aclaran es que cuando le quiten todo al último rico, ¿Quién es el que le seguirá dando a los pobres?), etc, etc, etc.
En fin, el asunto es que cuando llegan al poder y empiezan a mostrar su verdadero y feo rostro (cruce de nesferato con zamuro) saben que nadie va a aceptar de buen grado sus verdaderas intenciones y por eso poco a poco de forma gradual utilizando la mentira descarada y el engaño rabulesco junto con el terror de estado, van implantando su dominio, por ejemplo, quien se iba a imaginar que 15 años después de que comenzó la revolución alguien iba a ir preso por decir que no está de acuerdo con ella.
¿Cómo lo hacen? Fácil, van destruyendo todo, destruyen la propiedad, la moneda, las fuentes de trabajo, la libertad de expresión, el aparato productivo, los comercios, etc., etc., etc  y así de esta manera toman el control de la sociedad, de forma que si usted amigo lector quiere comerse una arepa, llegaremos al punto que tendrá que ser sumiso a su jefe chavista local y si no se somete, pues no se comerá la arepa y si se rebela y reclama, será perseguido por el terror de estado, como por ejemplo, los más de setenta presos políticos en las mazmorras del régimen, hasta que llegue la hora en que la simple sospecha de que usted no es socialista será un delito.
Por eso es que me da pena cuando veo a los jefes de los gremios, los sindicatos, los empresarios y comerciantes preguntándose ingenuamente por radio y televisión por qué el gobierno no reactiva la economía o a la MUD diciendo que los chavistas son muchachos buenos, pero equivocados.
La cuestión es que no nos debemos llamar a engaño, la revolución no es así por inepta o corrupta (que también los es), esto es una destrucción premeditada y con toda la mala intención para tener el control absoluto de la población y que nos dobleguemos para obligarnos a ser como no queremos. Venezuela es un país riquísimo, con toda clase de recursos y potencialidades y sobre todo con un pueblo emprendedor e inteligente que no le tiene miedo al trabajo. Aún hoy en nuestro país diariamente entra un chorro de dólares gracias al petróleo y vemos aberraciones como por ejemplo, al lado de un pueblo que hace colas kilométricas de horas y horas (hasta días ahora) pasan camionetas último modelo de la élite chavista o de los enchufados, o sino al lado de una población desesperada por un salario aplastado por una inflación galopante, que cada día hace a los venezolanos más pobres, somos el país que compra más yates y avionetas en el mundo. Evidentemente toda esta plata no va a los venezolanos, la tiene la secta chavista para su disfrute personal y sus inconfesables propósitos revolucionarios.
Por esto y por mucho más es que el Movimiento Nacionalista con Vasco Da Costa y el General Baduel a la cabeza lucha y seguirá luchando contra este régimen maligno que sólo quiere perpetuar su revolución apátrida a costillas del dolor y la miseria de todos los venezolanos.
Que Nuestra Señora Acies Ordinata Patrona del Nacionalismo, nos dé siempre la fuerza para seguir luchando por Venezuela y ser el país digno, prospero y libre que queremos ser.


Tiago Da Costa

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